Pues eso ¿qué tienen en común las tortugas, la rayuela y el aceite de ricino?

No es que tenga yo el menor afán satánico o luciferino, es que antier estuve viendo en Rakuten “La semilla del diablo”, que así entre nosotros, me dio miedo de adolescente. Nunca leí el libro de Ira Levin, del que parte la peli. Y me dije: voy a escribir sobre el infierno.
Y me dije: voy a escribir sobre el infierno, un día es un día. El infierno o más o menos conocido como las calderas de Botero, abismo, averno, báratro, erebo, gehena, orco, profundo o tártaro. (quédate con este último, porque pienso finalizar el artículo con ese sinónimo).
Pero además de para ampliar el vocabulario de mis lectores y espectadores (graciaaaaaas), he venido a decir algunas curiosidades de nuestra lengua. Verbigracia estas tres:
Primera curiosidad:
¿Con qué carajo se hacía el aceite de ricino? Pues con ricino. Pero ¿qué es el ricino? Pregunta en tu entorno y lo más probable es que te digan que es algo procedente de un animal. Esto sucede porque se confunde el aceite de ricino con el aceite de hígado de bacalao, ambos purgantes.
¿Entonces qué es el ricino? Acudamos al diccionario de lengua española (disfruto con las descripciones botánicas; parecen fáciles, pero son un infernales de escribir): Planta originaria de África, de la familia de las euforbiáceas, arborescente en los climas cálidos y anual en los templados, con tallo ramoso de color verde rojizo, hojas muy grandes, pecioladas, partidas en lóbulos lanceolados y aserrados por el margen, flores monoicas en racimos axilares o terminales, y fruto capsular, esférico, espinoso, con tres divisiones y otras tantas semillas.
¿Por qué aludo a este purgante como dato curioso? Porque el ricino también se conoce como higuera del diablo o higuera del infierno.

Segunda curiosidad:
¿Qué es un infernáculo? Suena a ese utensilio eléctrico y portátil destinado calentar o cocinar ¿verdad? Pero eso es un infernillo o infiernillo.
Un infernáculo es una rayuela, el juego infantil a la pata coja que da nombre a la inmortal novela de Julio Cortázar.

Y tercera curiosidad: Las tortugas. ¿Pero qué pintan estas adorables criaturas que colonizaron la estación de Atocha al punto de que se acabó lo que se daba? Ahora mismo te lo digo, como te prometí en el segundo párrafo. Pero antes déjame que te diga que podemos ir a paso de tortuga o a paso de buey porque significan lo mismo.
También puedes decir a paso testudíneo, pero esa es de nota, reconócelo.
¿Y cuál es la conexión entre las tortugas y el infierno? Su etimología: la palabra tortuga procede del griego ταρταροῦχος tartaroûchos ‘habitante del Tártaro o infierno’, porque los orientales y los antiguos cristianos creían que este animal, que habita en el cieno, personificaba el mal.

COMPARTE: ENTRE TODOS LO SABEMOS TODO.