Las palabras nacen, prosperan y también mueren llegado el caso. Tal cual. La mayoría de las palabras mueren por falta de uso. Por unas razones u otras, pero se van dejando de usar hasta que salen del diccionario. Que es tanto como decir que se van al limbo. Las palabras en desuso también evocan imágenes y costumbres perdidas, reflejan de algún modo la sociedad que les tocó vivir. He seleccionado una colección de palabras en desuso para ti. Hoy con la letra E.

EBURNO. Marfil.

El árabe marfil acabó con el latino eburno. Sin embargo no consiguió fagocitar a los adjetivos eborario y ebúrneo: de marfil o relativo al marfil. Los hablantes somos así.

EGESTIÓN. Excremento.

Primero la digestión y luego la egestión.

EGRESIÓN. Salida de alguna parte.

Egresar es un verbo que no tiene muchos adeptos en España. Yo lo aprendí del escenógrafo Carlos Cytrynowski, con quien tanto quise: Estudió en la Universidad de Buenos Aires, de donde egresó para afincarse en España. Uno ingresa y egresa, fíjate la suerte dispar que corrieron esas dos palabras.

EMBESTIDOR. Hombre que pide prestado o limosna fingiendo grandes ahogos y empeños.

El tío que va dando sablazos, pero en una sola palabra. (Sé que suena a empotrador, tan de moda en estos tiempos).

ENATÍO. Ocioso, superfluo.

ENERVE. Débil, afeminado, sin fuerza.

Dos cuestiones llamativas sobre esta palabra. Enervar es uno de esos verbos que los hablantes dimos en decir lo que no era y acabó siendo. Te explico: de toda la vida significó ‘debilitar, quitar las fuerzas’. Pero a mediados de los 80 caló entre los modernos españoles que fuimos el sentido de ‘poner nervioso’. Y en 1992 la RAE lo admite en el diccionario. Es un caso más en el que la fuerza del hablante se impone sobre cualquier academia.

La otra cuestión, desde luego más peliaguda, es el sexismo de la definición. La palabra entra al diccionario en 1925 ¡y ya aparece marcada como en desuso! Pase que alguien puede ser débil y tener poca o ninguna fuerza. Pero eso no tiene que ver con ser afeminado; aquí se asocia por enésima vez lo femenino con lo débil.

ENMOCECER. Recobrar el vigor de la mocedad.

Infancia, mocedad, madurez y senectud. La vida en cuatro palabras. La falta de vigor se llama exinanición.

EPOTO. Bebido, casi ebrio.

La sutileza de la dosis justifica la existencia de esta palabra. Potar es una palabra caramba. Porque tú sabes perfectamente que el significado de potar es vomitar. Sin embargo no es eso lo que dice el Diccionario. Para la RAE potar es beber. Y alguien que bebe en exceso es potista.

ESCALDADA. Dicho de una mujer: Muy ajada, y libre y deshonesta en su trato.

Otra sexismo de manual. Vale que el corazón de Sijé es ya terciopelo ajado, vale que la mujer en cuestión es deshonesta. Aquí lo que llama la atención es que entre ajada y deshonesta, la mujer es además libre. ¡El acabose!

ESCARAPULLA. Riña, principalmente entre mujeres.

Lo anormal de la definición explica la desaparición de la palabra.

ESCOBADERA. Mujer que limpia y barre con la escoba.

Otro caso sin paridad con el varón. ¿Qué pasa? ¿Que no hay hombres que limpian y barran con la escoba?

ESCUCHA. En los conventos de religiosas y colegios de niñas, mujer que tiene por oficio acompañar en el locutorio a las que reciben visitas para oír lo que se habla.

No te lo vas a creer, pero ni esta palabra ni esa definición están en desuso. Urge que la RAE ponga ant. delante. O la suprima directamente.

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