Las palabras nacen, prosperan y también mueren llegado el caso. Tal cual. La mayoría de las palabras mueren por falta de uso. Por unas razones u otras, pero se van dejando de usar hasta que salen del diccionario. Que es tanto como decir que se van al limbo. Las palabras en desuso también evocan imágenes y costumbres perdidas, reflejan de algún modo la sociedad que les tocó vivir. He seleccionado una colección de palabras en desuso para ti. Hoy toca la letra C.

CABIZMORDIDO. De nuca hundida o aplastada.

Esta es una palabra con una de esas definiciones cuya necesidad está cogida con pinza ¿no? La palabreja entró al DLE en 1925 con una definición más escueta: deprimido de nuca. En menos de cien años ya la Academia la señalaba como en desuso.  En la edición de 2014 fijó para siempre la definición actual. Tuvo la palabra, como se ve, una existencia breve, más bien tuvo una inexistencia.

CADAÑAL. Que se hace o sucede cada año.

El  término anual fagocitó a cadañal a las primeras de cambio. A los hablantes del siglo XVIII y a los actuales nos sonaba raro decir cadañal. Y santas pascuas.

CAMPAR DE GOLONDRO. Vivir de gorra, a costa ajena.

Me apuesto lo que quieras a que conoces a alguien que campa de golondro.

CANCAMUSA. Dicho o hecho con que se pretende desorientar a alguien para que no advierta el engaño de que va a ser objeto.

Me apena particularmente que esta palabra haya caído en desuso. Esta es una de las principales técnicas de los ilusionistas y a la que los ingleses llaman misdirection.

CARAOS. Acto de brindar apurando el vaso.

Puro alemán: gar aus. Como vermú, otra palabra alemana. Y como brindis: bring dir’s “yo te lo ofrezco”.

CARTEAR. Hojear los libros.

Qué penita que esta palabra desaparezca, de verdad. La fuerza de hojear pudo  con ella.

CAZORRÍA. Dicho indecoroso o malsonante.

Hay mucho cazurro, así es que no se entiende que esta palabra desaparezca a no ser que hayamos naturalizado lo malsonante, que tiene toda la pinta.

CIRCUMCIRCA. Alrededor de, sobre poco más o menos.

Le pasa a esta palabra lo que a los dinosaurios: que eran demasiado grandes. Circumcirca perdió la batalla contra circa, sinónima y más corta. Y por eso se extingue. La economía del lenguaje triunfa de nuevo en el campo de batalla de los hablantes.

Tiovivo Circa 1950

CLOCHEL. Campanario.

El Diccionario de Autoridades nace con fulgor galicano, esto es: afrancesado. Sí, todos somos hijos y a veces víctimas de la sociedad que nos toca vivir. Así es que los ilustrados afrancesados incluyeron el término porque en francés campana se dice cloche. Pero al pueblo llano que somos casi todos no nos gustó esa imposición y menos si tal cosa suponía guerrear contra las muy latinas campanas y campanarios. Y con el latín nos quedamos, no faltaba más. Nuestro diccionario acoge unas 5.000 palabras procedentes del francés, que no se quejen.

COSTUMBRE. Menstruación o regla de las mujeres.

Los hombres confundimos el método Ogino con el índice Nikkei, ¡como para decir algo de la menstruación de las mujeres! Me sorprende que si muere la palabra costumbre no desaparezca flor, que es sinónima. Siempre en el ámbito de la regla, obviamente.

El término fisiológico de la primera menstruación es menarquia. Para eso los salvadoreños tienen  una expresión horrible: picar el alacrán a una niña.

CUELLIDEGOLLADO. Que llevaba el vestido muy escotado.

Esta palabra tenía todas las papeletas para irse al otro barrio. Ya en 1884 la Academia la marcaba como antigua. Normal. Por una parte es palabra larga y por la otra la relajación de las costumbres hace innecesario su uso.

Una cosita iba a decirte: si te ha gustado, compártelo. Gracias, entre todos lo sabemos todo.