No hay nadie que haya iniciado en la lectura a tantos españoles como Francisco Ibáñez, el creador de Mortadelo y Filemón, Rompetechos, El Botones Sacarino y tantísimos otros. Los tebeos eran Y SON una formidable puerta de acceso a la lectura, a la cultura y a la diversión. Disfruté (y lo sigo haciendo) de los grandes de la editorial Bruguera: Ibáñez, Escobar, Vázquez, Peñarroya… y del Capitán Trueno y El Jabato. Luego me hice amigo de los superhéroes de la Marvel en general y en especial de Spiderman, Los 4 Fantásticos, La Masa y Estela Plateada. Y ya no eran tebeos, sino cómics. Ay.
Traigo aquí unas palabras como sentido homenaje a estos colosos a quienes tanto debemos.
TEBEO. El sustantivo debe su nombre a la revista TBO fundada en 1917. En Canarias dicen colorín.

CARPANTA. Personaje creado por Escobar. Era un mendigo (me gusta mucho el sinónimo giróvago) siempre hambriento. Escobar le dio el nombre por que conocía la palabra carpanta: hambre violenta.

Escobar también creó las aventuras de Zipi y Zape, los hermanos gemelos (guares en Puerto Rico). Nunca supe quién era el moreno y quién era el rubio. Zipizape es una riña ruidosa o con golpes. Zape es una interjección que se usa para espantar a los gatos, para manifestar extrañeza o miedo o para denotar el propósito de no exponerse a un riesgo que amenace.
El padre, Don Pantuflo Zapatilla (pantuflo: calzado, especie de chinela o zapato sin orejas ni talón, que para mayor comodidad se usa en casa) era aficionado a la colombofilia: cría y adiestramiento de palomas mensajeras.

Francisco Ibáñez llamó Sacarino al inolvidable botones desastrado. ¡El Botones Sacarino! Sacarino: que tiene o se asemeja al azúcar.

Y también se sacó de sus pinceles a la Familia Trapisonda: bulla, riña, confusión. Trapisonda es el nombre español de Trebisonda, ciudad de Asia Menor en la actual Turquía.

Con el Capitán Trueno viajábamos por el mundo exponiéndonos a peligros sin fin. Era relativamente frecuente toparse con la palabra almadía: embarcación formada por troncos o maderos unidos. Y era como llamábamos los españoles precolombinos a ese tipo de embarcaciones. Hasta que Colón y su tripulación conocieron la primera palabra que aprendimos procedente de una lengua indígena, en este caso el taíno: canoa. Del taíno tenemos igualmente barbacoa y guacamayo, por poner dos ejemplos dentro del centenar que puebla nuestro diccionario.

También aprendíamos la palabra arrapiezo, como llamaban frecuentemente a Crispín: Niño o muchacho, generalmente de condición humilde.

POR QUÉ OBÉLIX SE LLAMA OBÉLIX Y POR QUÉ SE LLAMA ASÍ UN MENHIR
Astérix procede de asterisco y Obélix procede de obelisco, una señal que se ponía en el margen de los libros. Las etimologías de asterisco y obelisco son para saltar de alegría. Asterisco es palabra griega cuyo significado es estrellita. Obelisco es también palabra griega cuyo significado es pequeño espeto. ¡Málaga y Obélix unidos y tú sin saberlo!
Menhir es una palabra que procede del bretón menhir, compuesta a su vez de men ‘piedra’ y hir ‘larga’. Así que literalmente un menhir es una piedra larga. ¡Qué genial!
