Ya se sabe que el mejor maestro echa un borrón,  que equivocarse es de humanos y que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. La tenacidad en el error se denomina contumacia. Hablar bien es cosa de todos y como dijo Giner de los Ríos «entre todos lo sabemos todo». A ver si entre todos dejamos a nuestros herederos un idioma lo mejor posible.

Veamos cinco errores muy comunes en español. Si no te los has encontrado, te los encontrarás.

1. CERÚLEO. Es color semejante al del cielo despejado o el de la alta mar.

Pero es una palabra que no tiene buena suerte. Con frecuencia se asocia al tono lívido de los cadáveres. Así lo emplea, por ejemplo, Miguel Delibes, incuestionable escritor:

El Anselmo Llorente empalideció, el tono cerúleo de su piel se volvió casi verde, se detuvo, se ajustó el nudo de la corbata haciéndose el distraído y, por fin, se inclinó sobre ellos.

Lope de Vega lo tenía clarísimo:

Ya se esforzaba el sol dorando el día,

y sacando del agua la cabeza,

quando vuelan los remos como plumas,

y del cerúleo mar surten espumas.

La confusión está servida porque el tono azul es cerúleo, pero el tono cadavérico es céreo, parecido a la cera.

2. CRESPONES NEGROS. Lo leerás o escucharás cada vez que se produzca un duelo. Verbigracia en el último mes El País y El Mundo:

EL PAÍS
EL MUNDO

Una plaga, como se puede comprobar. Crespón negro es una redundancia toda vez que el significado de crespón es tela negra que se usa en señal de luto.

3. PREVEER. Otra plaga. No existe tal verbo. El verbo correcto es prever. Así de sencillo. Para no meter la pata recuerda que prever se conjuga igual que ver, pero con una pre delante. Previó, preverán, etc.

4. HONRADEZ Y HONESTIDAD. Aunque la RAE claudicó y aceptó ambas palabras como sinónimas (otra prueba de que el hablante se impone a cualquier academia) no lo son. Sucede que en inglés emplean el término honest para lo uno y lo otro. Pero te repito: no son lo mismo. Una cosa es lo honesto (casto) y otra lo honrado (recto). Recuerda este truco para no meter la pata: la honradez es de cintura para arriba y la honestidad es de cintura para abajo. Por eso se tipifican como delitos los abusos deshonestos.

5. DEAMBULAR SIN RUMBO. Esta plaga encuentra acomodo en todos sitios. Véase en la misma RTVE y para más inri en una noticia sobre libros. Ay.

Otra redundancia e ignorancia. Porque deambular significa precisamente andar, caminar sin dirección determinada.